Alcachofas frescas a la plancha


Esta planta (o los cardos de los que procede) podría ser originaria de Egipto o del Norte de África. La planta denominada Cynara ya era conocida por griegos y romanos. Al parecer se le otorgaban poderes afrodisíacos y toma su nombre de una muchacha seducida por Zeus, y después transformada por este en alcachofera.


Durante la Edad Media no se conocía la alcachofera, y se piensa que en esta época, del cultivo sucesivo de los cardos, los horticultores poco a poco los transformaron hasta conseguir la alcachofera. Ya era consumida en la Italia del siglo XV. Venida de Sicilia, aparece en la Toscana hacia 1466. La tradición dice que fue introducida en Francia por Catalina de Médicis a la que le gustaba comer corazones de alcachofera. Esta florentina las llevó desde su Italia natal al casar con el rey Enrique II de Francia. Luis XIV era así mismo un gran consumidor de alcachoferas. Los colonos españoles y franceses en América, la introdujeron en este continente. Con el tiempo, en California, los cardos han llegado a ser hoy en día una auténtica plaga, ejemplo de planta invasora de un hábitat en el que no se encontraba anteriormente.- Wikipedia.

Es la sencillez de éste plato el que lo hace tan bueno, el sabor a alcachofa es exquisito. Una de las verduras que más me gusta. Por eso, hay que tomarlas en sus diferentes versiones según es la temporada.

Ingredientes: 
  1. 1 Kg de alcachofas frescas.
  2. Medio limón.
  3. Sal, aceite virgen extra.
Elaboración:

Limpiamos nuestras alcachofas quitándoles las hojas hasta que sean verdes claritas, pelamos también el tallo con ayuda de un pelapatatas. Una vez la hayamos pelado, cortamos la parte de arriba de la alcachofa dejándola sin las partes más duras de las hojas. 

Ponemos la olla rápida al fuego con agua y podemos añadir o medio limón o un buen puñado de perejil fresco para que las alcachofas conserven su color y no se ennegrezcan. En este caso yo no tenía perejil, así que puse limón. 


Las metemos a la olla y cerramos, esperaremos diez minutos desde que suba la válvula y cuándo haya pasado el tiempo, abriremos la olla y retiraremos el agua con cuidado de que nos e nos rompan las alcachofas. Esperaremos a que se enfríen para cortarlas para hacerlas a la plancha. Si están muy calientes y tiernas cómo han de estar, se rompen muchísimo; por eso es recomendable esperar.

Una vez se hayan enfriado, lo que haremos será partirlas por la mitad con mucho cuidado. Pondremos una sartén al fuego y unas gotitas de aceite, pondremos las alcachofas y las haremos por los dos lados para que se doren. Daremos la vuelta con cuidado para que no se estropeen. 

Emplatamos, ponemos sal en cristales por encima y un chorrito fino de aceite de oliva virgen extra, y listo.


On egin!!

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